Indicaciones Teóricas

Una relatoría es una producción individual que se construye con base en tres elementos de estudio, análisis y composición: la temática del texto, que incluye el desarrollo argumentativo (si el texto lo permite), la organización estructural del texto y el proceso de lectura con sus resultantes. El objetivo general de la elaboración de una relatoría es recoger el aporte que cada lector, cada estudiante, hace a partir de sus intereses y de las inquietudes y análisis surgidos de la lectura de uno o varios textos que se ponen en diálogo, generando una reconstrucción, desde la apropiación temática, que dé cuenta de su propia configuración de la información, donde se pone en evidencia un trabajo riguroso e análisis de la lectura, el nivel de comprensión de la misma y la conexión con su propio conocimiento previo.

Al mismo tiempo, la elaboración de una relatoría es una forma de escritura, donde, quien al elabora, se identifica a sí mismo, no sólo como lector en cuanto a sus habilidades de comprensión, análisis y crítica, sino como escritor y las habilidades que posee para ello, a partir de dificultades, afinidades y fortalezas.
Los elementos constitutivos de una relatoría tienen unos parámetros que pueden sintetizarse y explicitarse como aparece en el cuadro que sigue. Este cuadro contiene la enunciación y explicación de cada uno de los componentes de una relatoría. Cabe aclarar que, para cumplir con el objetivo de una relatoría, puede asumirse sólo uno de los componentes o puede optarse por desarrollar los tres componentes de los tres elementos.

En todo caso, una relatoría puede ir acompañada, como se repite en el último elemento del cuadro, de una descripción del proceso de lectura, pues en la incidencia personal que la lectura produce en el sujeto-lector. El orden en que se expongan los elementos queda a criterio personal.
La extensión de una relatoría oscila entre dos y cinco páginas. Debe evitarse el discurso insulso y vano y las explicaciones innecesarias, pues, como guía, se debe parecer más a un mapa: simple, conciso, preciso, claro, y coherente, que permita el tránsito por los textos y por el proceso de lectura de manera versátil, económica y provechosa.

La relatoría se puede alimentar con una síntesis del texto o los textos leídos, con un resumen, con una crítica, con un informe. En cualquiera de los casos no se pueden confundir. Para ello también es funcional el siguiente esquema que reúne los elementos estructurales de una relatoría y aquellos componentes que contiene cada uno de esos elementos. Los criterios de elaboración que aparecen no dejan de ser una guía que bien puede suplirse con otras indicaciones más o menos abstrusas, amigables o afines con el gusto del autor de la relatoría.